martes, 18 de octubre de 2011

Un sábado en Londres

Aquel día era sábado, y ellos ya habían comido.
La jornada en Londres estaba resultando ser mucho más interesante y divertida de lo esperado, especialmente para Alexia que, al ser su cuarta vez en la ciudad, no creía que las cosas siguieran conservando ese encanto. Pero con Greg, su mejor amigo, las cosas eran diferentes y la más aburrida experiencia podía convertirse en la más aventurera.
En esos instantes, se encontraban en Picadilly Circus, saliendo de la famosa tienda inglesa de souvenirs ''Cool Britania'' A pesar de tratarse de un establecimiento comercial cerrado, era tan grande que, en la hora y media que estuvieron allí, solo se vieron quince o veinte minutos, pues cada uno seguía su camino, esperando encontrar lo que buscaba para sus familiares, o para sí mismos. Cuando se cruzaban, intercambiaban cortas frases como '' ¿Sabes dónde hay bolis que pongan I love England?'' o ''Eh, abajo hay unos posters de Michael Jackson y de Marilyn Monroe super chulos'' ''¡Sí, ya los he visto!''
Por eso, cuando se encontraron en medio del maremágnum de gente, algunos conocidos y otros no tantos, se reunieron de inmediato y Alexia le propuso a Greg hacer algo juntos.
- ¿Cómo qué?- preguntó él, visiblemente ilusionado, pero con una nota de esceptismo en su voz.
- ¡Pues yo qué sé! Vamos a tomar algo por ahí.
- ¿Y si nos perdemos?
- ¿¡Qué nos vamos a perder!? Si vamos a la vuelta de la esquina, venga.Greg asintió, no del todo convencido, pero, ¿qué demonios estaban haciendo en Londres si no era sacar su faceta más atrevida y alocada?
Si se hubieran quedado en la plaza esperando, probablemente no hubiesen vivido la anécdota que ahora relato.
Doblaron la esquina y caminaron por las grises calles de la capital inglesa. Afortunadamente, aquel día estaban menos lúgubres de lo que Alexia recordaba, pues el sol brillaba en todo su esplendor, iluminando las fachadas de los edificos de un suave color dorado. ¡Sol en Londres! <>, pensó ella con sorna.
Su atención fue atraída por un pub que había en un extremo de la calle. Una figura tamaño real de un TERMINATOR fue lo que hizo que se acercasen a ver qué clase de lugar era aquel. Además, las películas de TERMINATOR eran las preferidas de Greg, y también estaban en la lista de ''favoritas'' de Alexia, por lo que no hubo discusión al respecto.
- ¿Entramos?- preguntó Greg.
La respuesta de Alexia tendía a ser negativa, pues no sabía si iban bien de tiempo, cuando vio una figura tamaño real de R2D2, el robot espacial de la saga de ciencia ficción STAR WARS, y eso fue suficiente para que ella dijera:
- Sí.
Bueno, eso, y que tenía unas ganas tremendas de ir al baño.
Una vez dentro, Greg se acomodó en un taburete de la barra y le guardó el sitio a Alexia mientras estaban en el aseo.
Allí, el pidió un baso de agua y dio cuenta de él hasta que Alexia llegó. También había pedido agua para ella.
- ¿El agua es gratis?- le preguntó.
- Creo que sí- respondió Greg, no del todo convencido-. Pregunta por si acaso.
Justo entonces, un camarero rubio, de unos veintidós años, pasó por delante de ambos y a Alexia le pareció mono, francamente, pero no fue ese el motivo por el cual le hizo llamar.
- Excuseme, is this water free?- le preguntó.
En el rostro del camarero se dibujo una radiante sonrisa blanca.
- Yeah, it is. Help yourself.
- Oh, thank you- dijo ella, también riendo.
El camarero había sido realmente amable. Alexia empezó a beber.
- Te ha gustado el camarero, eh- musitó Gregory.
- No estaba mal- alegó ella, queriendo mostrar indiferencia.
Cuando acabaron y se percataron de que ya debían marcharse, Alexia dijo, al mismo tiempo en que rebuscaba en el bolsillo trasero de su mochila:
- Era majo, el camarero.Greg profirió una carcajada.
- Sabía que te había gustado.Alexia hizo caso omiso del comentario.
- Le dejaré propina- anunció ella.
- Y yo también.
Extrajeron unas cuantas monedas de donde quiera que las tuviesen, y las colocaron sobre la barra.Greg hizo ademán de irse, pero Alexia estaba mirando de soslayo al camarero. Sacó un papel del bolsillo y un boli. Gregory la contempló, perplejo:
- ¿Qué vas a hacer?
Cavilaba que dejarle el telefono o algo así, pero no era eso.
- Ya verás.
Dejó el papel con algo escrito. << This is a bill for you>>. Greg no sabía qué era exactamente lo que quería decir, y miró a Alexia con expresión interrogante. Ella sonreía.
- ¿Sabes qué pone?- le preguntó.
- No.
- ''Una propina para ti''- citó ella-. Ahora, vámonos.
Y se marcharon, pero en la entrada del pub, algo les impedía marcharse: curiosidad.
- ¿Nos quedamos para ver su reacción?- murmuró Gregor. Alexia chasqueó la lengua.
- Así pierde la esencia peliculera, pero vale.
Y observaron la escena através del cristal. Al cabo de un minuto, el camarero reparó en el papelito y las monedas. Giró la nota, la leyó y sonrió antes de escrutar los alrededores, por si veía a los autores de la carta.
No sabía que ellos le observaban entre risas y que recordarían esa historia durante todas sus vidas.



Escrito por: Gema Bonnín.
http://www.gemabonnin.com/
http://elojoegipcio.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario