lunes, 2 de mayo de 2011

Te echo de menos, Joe

Marie llevaba diez días encerrada en su habitación. Pasaba horas muertas en su cama, mirando un punto fijo, casi sin pestañear. Unas grandes ojeras ocultaban el hermoso rostro que había lucido antaño. Antes de aquel accidente de avión. Aquel accidente de avión que había cambiado su vida.
-Te quiero- repetía repetidas veces.
Su madre entraba de vez en cuando para ver como estaba, pero ella no hablaba. No tenía fuerza. Un nudo en la garganta no le dejaba pronunciar palabra.
Solo se levantaba de la cama para continuar con una carta que había empezado cinco días atrás. Una carta de amor:

Joe
¿Dónde estás? ¿Dónde has ido? Hace días que te echo de menos.
Te quiero Joe, puede que no te lo dijera a menudo, pero te quiero muchísimo. No sabes lo que realmente sería capaz de hacer por ti.
¿Dónde estás? Te echo de menos. Hace días que no me envías mensajes. Hace días que no me pasas a buscar con tu coche. Hace días que no escucho tu voz. Hace días que necesito oír que me quieres. Ése es el único remedio para que salga. Hace días que estoy encerrada en mi habitación llorando por ti.
¿Dónde has ido? Te echo tanto de menos. Tu viaje a París era solo de un fin de semana. ¿Se ha alargado más de la cuenta?
Por favor, Joe, dime que sigues en París. Dime que te ha surgido mucho trabajo y no has podido venir antes. Dime incluso que estás con otra, que ya no me quieres, pero por favor, no me dejes aquí, sola. Por favor, dime que tú no ibas en aquel avión. Dime que me esperas al salir del trabajo en nuestro sitio de siempre.
Te echo de menos y te eché de menos desde que te despedí en el aeropuerto...
Te quiero Joe, te quiero muchísimo...

Marie no podía acabar la carta, cada vez que intentaba continuar, lloraba desconsoladamente.
>>¿Me estoy volviendo loca?<< pensaba. Ni siquiera ella sabía la respuesta. Todo le daba igual. Absolutamente todo. Dormía más horas de la cuenta, ya que, dormir, era la única manera de evadirse de la realidad. Era la única forma de estar con Joe, aquel chico que había conocido en el instituto y que tan enamorada la tenía. A veces, cuando se despertaba, creía que todo había sido una pesadilla, pero pronto se chocaba de golpe con la realidad. Volvía a llorar.
Revivía los momentos que había pasado con él. Llevaba con él tanto tiempo... ¿Cuánto 5, 6, 7 años? Y es que, Joe, se había ganado un hueco en su corazón a pulso. Él siempre le repetía: >>Llevo enamorado de ti desde que no levantaba un palmo del suelo, desde antes de saber lo que era amor<<.
Pero ahora nunca podría repetírselo. Nunca más. Porque él ya no estaba, se había marchado.Y nunca más volvería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario