sábado, 8 de enero de 2011

Salta

-¡Salta!- le dijo él.
Ella se quedó paralizada. Se le heló la sangre y su corazón comenzó a latir con fuerza. Intentó decir algo, pero un especie de nudo en su garganta se lo impidió.
>>¿Cómo puede pedirme que salte? ¿Se ha vuelto loco?<<
-¿No has dicho que eras capaz de hacer cualquier cosa por mi? Pues ahora te pido esto- dijo el chico y respiró hondo antes de añadir: Si me quieres, hazlo.
Si antes estaba nerviosa, ahora estaba hecho un nervio. Le costaba respirar.
-Lisa, confía en mi. Todo va a salir bien- dijo él, clavándole sus ojos azul verdosos.
Ella intentó bajar la mirada, pero no pudo. Aquellos ojos... Aquellos ojos la tenían imnotizada.
Sin dudarlo ni un minuto más, le besó. Le besó con pasión y bebió de aquel beso como si fuera el último. Recordó aquella tarde de verano en la que él había declarado lo que sentía. Recordó aquel primer beso bajo la lluvia. Recordó aquella frase: "¿Serías capaz de hacer cualquier cosa por mi?". Recordó como ella había respondido: "Cualquier cosa que tú me pidas". Recordó por qué había contestado eso. Porque confiaba en él. Porque confiaba en que nunca sería capaz de pedirle algo que pudiera causarle daño.
Y entonces, supo lo que tenía que hacer.
Se separó de él con delicadeza.
-Si me pides que te ame, yo te amo. Si me pides que te bese, yo te beso. Si me pides que te ayude, yo te ayudo... Si me pides que salte, yo salto- pudo decir ella y, seguidamente, saltó por el puente.
Notó como el viento rozaba su pelo mientras caía y, por una vez, no pensó en el miedo que le tenía a las alturas. Tampoco pensó en su horrible adicción a las drogas, ni en los problemas que había tenido con sus padres. Su mente solo podía pensar en una persona.
Cayó al agua en un gran estruendo y rápidamente salió para respirar. Tragó una bocanada de aire antes de poder gritar con felicidad.
Segundos después, oyó un estruendo en el agua y después, salió el chico del agua.
-¡Lo has hecho!- exclamó él.
-Te dije que haría cualquier cosa por ti y mírame, yo, con pánico a las alturas y acabo de pegar un salto desde el puente más alto de la ciudad-
-A parte de estar bañándote en pleno invierno- dijo él riéndose.
-Y con la ropa que acababa de estrenar- añadió ella acompañando su risa.
Ella le miró otra vez.
>>¿Por qué me ha hecho hacerlo? No tiene ningún sentido<< pensó.
Él, adivinó sus pensamientos.
-Acabamos de cumplir la primera parte de mi objetivo. Has superado tu miedo a las alturas- dijo él
Ella lo entendió y sonrió.
-Pero ahora queda lo más difícil...
-¿A qué te refieres?- dijo ella extrañada y de repente lo comprendió todo -No voy a poder hacerlo, Erik- dijo  negando con la cabeza.
-No estás sola. Estoy yo, está tu madre. Hay mucha gente que ha conseguido salir del mundo de las drogas- explicó él.
-No puedo... es muy difícil. No lo entiendes.
-Hazlo ¿No has dicho que eras capaz de hacer cualquier cosa por mi? Pues ahora te pido esto- dijo el chico y respiró hondo antes de añadir: Si me quieres, hazlo
Él clavó sus ojos en ella, como había hecho antes. Entonces, Lisa supo que no se podría negar a su propuesta, ni a esta, ni a ninguna otra.

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